Me gusta pensar que la experiencia que los peques viven en las clases de yoga infantil junto con otros niños/as les servirá a lo largo de toda su vida, pudiendo aplicar mucho de lo practicado en clase en el futuro.

El pilar del yoga infantil es el juego. Por eso, a través de él, acompañamos poco a poco a los pequeños en los valores de respeto, compasión y equilibrio que infunde el yoga, con múltiples beneficios corporales y emocionales.

Los principales beneficios de las clases de yoga infantil son:

• Expresión libre del cuerpo y sus emociones.
• Gestión y compresión emocional.
• Escucha de su voz y verdad interior.
• Consciencia corporal a través de la observación del cuerpo y de la respiración.
• Aumento de la tonificación, fortaleza y flexibilidad de las diferentes partes del cuerpo.
• Desarrollo de la empatía y de la compasión hacia las otras personas y hacia toda la naturaleza.
• Aprendizaje de herramientas sencillas pero poderosas tanto para potenciar su vitalidad como para bajar el ritmo y relajarse.
• Constatar ya desde pequeños la estrecha relación entre el cuerpo y la mente, aprendiendo recursos para armonizarla.

Todas las clases están basadas en juegos y dinámicas divertidas, en función de las necesidades que demanda cada etapa evolutiva.

Normalmente iniciamos con una primera parte de calentamiento y expresión libre, preparando el terreno a la práctica de asanas, trabajo con la respiración, mindfulness y relajación.

Las clases son de 60 minutos y se realizan cada semana.

Actualmente contamos con dos grupos de diferentes edades. Por una parte, esta el grupito de los niños/as más pequeñitos (entre 4 y 6 años) y por otra parte está grupo de niños/as más grandes (entre 7 y 12 años).